Letizia casi en la playa y Marie Antoinette parte para Francia

¡Hola amigos del blog!

Esta semana hemos visto a Letizia en muchos eventos. En algunos se nota que ya se prepara para irse de playa, pues se ha vestido casi que con el bañador. Pero veamos los eventos uno por uno.

¡Manos a la obra!

Cena ofrecida por Sus Majestades los Reyes con motivo de la “IV Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo”, de Naciones Unidas

Otra vez letizia se presentó con un vestido más apropiado para ir a la playa que para una cena importante. Casi parece con traje de baño y pareo largo. Quizá tenía planeado salir de ahí directamente a alguna piscina y no quiso perder el tiempo. Afortunadamente, no lució ninguna joya con el bañador.

Por lo que se ve en la foto de espaldas, tampoco hubo mucho esmero en arreglarse el peinado, pero, otra vez, qué necesidad si de aquí se sale directamente a hacer buceo o careteo.

Apertura de la conferencia FFD4 en Sevilla

Letizia lució una falda larga y una blusa que recordaba el estilismo de Rania de Jordania para su boda tantos años atrás. Lento pero seguro, Letizia va aprendiendo de las que saben vestirse con elegancia.

Por supuesto no llevaba joyas, y al remangarse las mangas parece que viniera de fregar en algún sitio, más sin embargo obtiene el aprobado porque va un poquito mejor de lo que suele cuando acompaña al Rey.

Varias audiencias en Zarzuela

La reina ha recibido a varios grupos en audiencia, usando un traje que parecía de mezclilla, ajustado a la cintura, pero sin cinturoncillo, lo cual se agradece, y como siempre sin joya o adorno alguno. Yo la veo bien, aunque un poco gris, pero creo que ese estilo va con su personalidad severa y de pocos amigos, al menos según qué gente.

Reunión del Patronato de la Fundación FAD Juventud

Su Majestad la Reina, como Presidenta de Honor de la “Fundación FAD Juventud”, presidió la reunión de su Patronato

Lució un vestido fucsia con zapatos del mismo color. Un vestido de color alegre, complementado con unos pendientes que le conocemos bien. En mi opinión iba bien vestida, aunque no me gusten el cinturoncillo ni las mangas remangadas, y por supuesto la falta de joyas que la hacían lucir como si viniera de una clase de escultura en arcilla o algo que le requiere subirse las mangas. Nada que ver con una reina, pero tampoco iba terrible. Otra vez le doy el aprobado con algunos puntos menos por la falta de joyas.

La ultima ficha del tablero

A la muerte del padre de Marie Antoinette, su hermano subió al trono y comenzó a compartir el reinado con Maria Teresa, como impartía la costumbre. La princesa Maria Cristina fue inteligente y aprovechó que su hermano estaba de buen humor al ser nombrado regente, para pedir que le permitieran casarse con su primo, del que estaba enamorada. Tuvo tanta suerte que Maria Teresa no solo consintió el matrimonio, sino que al primo, que era un matao, le otrogaron títulos nobiliarios y cargos, y le dieron un montón de propiedades. Todas las hermanas envidiaban la suerte de Maria Cristina, pues ninguna otra tuvo tanta fortuna.

Despues de eso, las desgracias empezaron a caer sobre Maria Teresa. Primero cogió la viruela, que al que no mata lo desfigura, y aunque sobrevivió, se puso de tonta a llevar a su hija Josefa a visitar la tumba de su nuera muerta por la enfermedad, con tan mala fortuna que la tumba no estaba bien sellada y Josefa cogií la viruela y se murió. Su otra hija Elizabeth, también se contagió y aunque no se murió, quedó tan desfigurada que hubo que sacarla del mercado del matrimonio, quedando ya pocas hijas para la repartición de esposas a los reinos vecinos.

Al morir Josefa, que estaba prometida a Fernando de Nápoles, Maria Teresa le mandó cartas ofreciéndole un reemplazo: Charlotte o Amalia. El duque se decantó por Charlotte, que en ese momento estaba muy enamorada de un alemán, y tuvo que casarse obligada con el Napolitano. Hay que ver cómo se moría de envidia por la suerte de Maria Cristina.

Pero al mandar a Charlotte a Nápoles, Maria Teresa se quedó sin ficha para enviar a Francia, así que no le quedó más remedio que empezar a mirar para el lado de su hija Marie Antoinette, que entonces solo tenía 12 años. No solo eso, sino que era bastante inculta e ignorante porque al tener tanto lío, Maria Teresa le había encargado su educacióna una señora que se dedicó a consentirle todos los caprichos y a hacerse querer, y que le hacía las tareas para que pareciera que estaba aprendiendo algo.

Marie Antoninette era ignorante, no sabía escribir casi, para colmo tenía los dientes muy torcidos, y su labio inferior era un poco protuberante, lo que le daba un gesto como de niña con pataleta todo el tiempo. Odiaba la lectura y solo sabía bailar, cantar y hablar en italiano. Vamos, como cualquier niño pijo de hoy en día.

Como ventajas, la archiduquesita era muy simpática y sabía ganarse a la gente. Y lo tenía complicado para disfrutar de su futuro matrimonio porque Louis XVI estaba obeso, era bastante poco agraciado y cantaba horrible. Había heredado la sucesión al trono porque su hermano mayor había muerto, pero nunca se pensó que diera la talla, a pesar de sus volúmenes. Sin embargo Maria Teresa hizo cabildeo por más de medio año, invitando a diplomáticos y allegados de la corte, mandando cartas, prometiendo el oro y el moro hasta que por fin aceptaron casar al principe con la archiduquesa.

A la hora de la verdad, Maria Teresa se dio cuenta de lo mal preparada que estaba Maria Antonieta, y tuvo que contratar a un señor de apellido Vermond para que la puliera un poco, enseñandole Francés y algo de historia de Francia. Marie Antoinette era bastante ignorante, pero era muy lista, y aprendió rápido. Al final, para dorar la píldora, Maria Teresa la despidió diciéndole que de todas las hermanas ella era la que se había ganado la lotería y que su vida sería muy feliz.

A sus espaldas, sin embargo, envió una carta de disculpa a Francia por mandar un producto de menor calidad que el esperado, pidió indulgencia para con ella y les recordó que con solo trece añitos, se le debería dar un trato de hija más que cualquier otra cosa por el momento.

Y así empezó la historia de la archiduquesa en Francia. Ya veremos que otras aventuras y desventuras tuvo que pasar para continuar con su vida en ese pais extraño para ella.

¡Saludos y hasta la próxima!

(*) Fraser, A. 2002.Marie Antoinette: The Journe. Weidenfeld & Nicolson