De serranas, de cueros y de blanco y negro

Bea, mientras una estrella más brilla en el cielo,  

que este árbol te dé sombra, luz, y nueces.

 

Inolvidables los episodios dedicados a las serranas en El libro del buen amor del Arcipreste de Hita. Unas rurales mujeronas que no se dejaban de nadie y cobraban derecho de paso a los caballeros andantes. Tenían barbas y de nada valían palabras dulces. Ellas terminaban ofreciendo su carne, sí, pero en sus propios términos y no sin antes agarrar a los hombres a cuerazos.

Así comenzaron las primeras feministas de la literatura española: rabiosas y dominando el cuero. Un material cuyo origen fue la doma de animales: albardón, chicote, botas y odre.

El look

Justo de cuero negro era la falda lápiz de Hugo Boss –again– con la que se presentó la Reina para inaugurar junto al Rey la exposición “Scripta: Tesoros manuscritos de la Universidad de Salamanca”.  Exposición que conmemora el VIII Centenario de tan ilustre institución. Para los ocho siglos del recinto y los siete del manuscrito del Arcipreste me parece que este atuendo black & white se queda corto.

Veo dos problemas en el outfit de la Reina:

1-Nadie duda de que la falda le queda estupenda, pero ¿cuero negro en mayo?

2-Asumir que la combinación blanco con negro es siempre elegante. No, no lo es.

En cueros

Han pasado siglos desde que el cuero era material exclusivo para el mundo varonil. No sólo han cambiado los tiempos, sino el material en sí: hoy el trabajo de talabartería alcanza la textura de la seda (como en el curtimiento tipo Napa -del Nappa Valley de California). España tiene un lugar destacado en la industria de la marroquinería (y dale con Hugo Boss), pero más allá de una cazadora informal, el resto de prendas recién comienza a entrar tímidamente en los armarios reales. Hemos visto a las Reinas Máxima y Matilde, a la Princesa Mary y a la Duquesa Kate llevándolas, pero en muy escasas ocasiones y sólo en invierno, porque las medias son de rigor. Por su origen agresivo, el cuero directo en la carne es un no-no para un royal, salvo que se trate del Marques de Sade (y hasta él se escondía en las mazmorras de su propio palacio. Nunca en público.)

Haré como el Arcipreste, que enseña con el mal ejemplo para conseguir el buen amor y de pasada, el buen gusto.

 

Con ambos vestidos la encuentro guapísima, pero en la primera va de starlet. En la segunda, viste el cargo: en invierno y con medias. Puede gustar o no, pero va apropiada. Flash News: ambos los firma Hugo Boss.

Blanc et Noir

No porque esté escrito en francés es siempre elegante. Dicen que es una combinación clásica, y tanto, que la llevan todos los camareros de los restaurantes de postín. Para mí, no agregar un tercer color me parece un dúo de lo más arriesgado. De óptima calidad y con buenas joyas se puede ir a una gran gala; de lo contrario, corres el riego de que los invitados te tomen por una camarera deluxe y te pregunten por su asiento o te pidan una copa.

Para colmo, esta blusa blanca no ayuda, ni en corte, ni en caída, y menos con las mangas remangadas. Tengo la impresión de que ya la he visto, aunque me pierdo en el mar de blusas blancas de la Reina. Siempre que sale el tema de blusas blancas sale Carolina Herrera y su icónica blusa. Pues sí, pero ESA blusa, y no otra; que blusas blancas se llevan en el uniforme de la secun, de la fábrica y si me apuran hasta en el convento de las Ursulinas.  Dado que a la Reina se decanta tanto por esta combinación, debería hacerse con una auténtica –una en seda y otra en algodón- y que se las ajusten en el atelier de la diseñadora. Sería una excelente inversión. La fabulosa Carolina Herrera lleva 30 años usándola y todavía no se la quita. Un must para quien se lo pueda permitir.

De estreno parecen ser los pendientes de la firma Coolook, aunque son gemelos de los muchos que ya tiene. Los encuentro muy bastos.  Aunque la firma mallorquina advierte que son de ónix, circonita, kriptonita y tururú, parecen de plástico de la Dollar Store.  Cuestan 333 euros.

Me encanta Salamanca, su universidad, sus manuscritos y el maravilloso texto del Arcipreste (que metió serranas, vírgenes, moralinas, picardías y en todos los géneros…el primer posmoderno que diría un académico de monóculo) y me habría gustado que la Reina le diera más prestancia al acto.

¡Póntelo Letizia!

No deja de ser un acto lleno de académicos, que salvo honrosas excepciones, en moda y estilismos no saben hacer la O con un canuto. Nada de estridencias, ni prendas trendy, ni pasarelas. Algo sutil, suave, de señora discreta y regia (pero, ojo, ni sosa, ni aburrida).

PROPUESTA: Tiro de fondo de armario y saco esta falda de lino grueso con vivos marrones en la pretina. Es de HB y la estrenó en el 2014.

Gracias a la ardillita que recomendó al diseñador español Javier Simorra (¿quién fue?). He agregado al Kiki-armario la blusa Sakura de gasa bordada con flores estilo japonés. Cuesta 128 euros.

 

Sobre la blusa, esta chaqueta primaveral de Purificación García en tonos paja de organza bordada y remates desflecados. En rebajas por 125 euros.

 

 

 

 

 

 

 

De nuevo de Purificación García, este práctico minaudière en mocha. Es el modelo Kendall y lo hay en una infinidad de tonos. Muy conveniente mientras llega el “The Knot” de Botegga Veneta (favorito de nuestra Bea). Cuesta 88 euros.

 

 

 

No me encanta el plástico, pero estos salones pegan discretamente con el estilismo y ya están en el real armario.

Como única joya las muy vistas perlas salvajes de Tous.

¿Qué les parece esta propuesta primaveral de trigos y flores. ¿Qué tal el contraste de bordados uno floral, y otro en rayas? He decidido dejar el peinado a gusto de la comunidad ardillil. Liso, con ondas, suelto o recogido…. ¿con qué queda mejor este look? ¿Qué dicen las ardillas?