Hola, ardillitas lectoras. Finalizamos la lectura de la biografía de Sisi sin mayores sobresaltos. En realidad, la vida de esta emperatriz fue bastante simple, si le quitamos sus viajes y lecturas, que de todos modos no compartió con nadie, así que es como si no hubiera hecho nada. Al final, este libro me ha servido para encontrar muchos paralelos y similitudes entre la imagen de Sisi y la de Letizia, porque ambas tuvieron vidas parecidas en ciertos aspectos, aunque muy diferentes en otros, ya que esta última tiene infinitas ventajas de las que Sisi nunca gozó, tales como muchísima libertad, menos dinero, que aunque no lo parezca tiene sus ventajas a cierto nivel y la espada de doble filo de tener el ojo del público puesto en ella en todo momento, que tanto puede servir para destrozar sus pobres orejas, como para proteger sus intereses, sabiéndose manejar de la manera adecuada.
Últimos capítulos
No hay sorpresas en los cuatro capítulos finales de esta biografía de Sisi. Como muchos de vosotros ya habeis apuntado, se puede tratar de un problema de la traducción, o simplemente de que la biógrafa no pudo congeniar con el objeto de sus estudios. La verdad es que Sisi murió siendo la misma emperatriz egoísta y vacía que empezó siendo cincuenta años atrás.
Y el vacío del que hablo poco tiene que ver con que si leyera mucho, o tuviera mucha cultura, o mucha vida interior, o cuidara la estrechez de su cintura o la salud y el largo de su cabello; sino con lo poco o nada que quiso compartir de sí misma con el mundo. Sisi no se dio a nadie, y no imagino una vida más miserable que esa; sin el placer de compartir, de entregar, de servir, de ayudar, de enseñar, de conversar. Sisi escribió unas cuántas páginas de poesía, muchas de ellas cargadas de mensajes políticos, o de animadversión por el mundo tan cruel tan cruel en el que vivía. Pero la verdad es que sufría de una total falta de empatía y consideración por los demás.
El capítulo en el que retomamos el libro nos cuenta sobre sus andanzas en Gödöllő; una residencia a la que fue después de cumplir con una apretada agenda durante varios meses de 1873, compuesta por cientos de eventos a los que no asistió por encontrarse «indispuesta». En esa resiencia lo que a la emperatriz le gustaba era rodearse de vecinos que tuvieran muchos caballos y nada más que hacer en la vida. Es decir, ricachones vacíos como ella, para que fueran sus compis de cabalgatas. Entre ellos estaban por ejemplo Nicolás de Esterházy y el Príncipe Rodolfo de Liechtenstein, los cuales tenían su aquel, especialmente Rodolfo, que bueno, no es el de la foto porque ese es el actual, pero que por la apariencia de este podemos imaginar que el del SXIX no desmerecía tampoco.
Para seguir con las rarezas, Hamann nos cuenta una anécdota en la cual Sisi se fue un día a una feria usando una máscara, y allí «ligó» con un ciudadano llamado Fritz Párker. Estuvieron charlando de lo más sabroso, y aunque Sisi no reveló su identidad, la primera pregunta que le hizo a Párker antes de decir siquiera hola, fue «¿Ha oído usted hablar de la Emperatriz?, ¿Qué dice la gente de ella?»… total que no había que ser muy listo para sospechar y Fritz se deshizo en elogios sobre la belleza y bla bla bla y al final Sisi quedó encaprichada y empezó a mandarle cartitas al hombre, nunca revelando su identidad, y siempre firmando como «el hada Titania». En plan foro anónimo donde escribes cuando te provoca.
No tardó Párker en cansarse del jueguito y seguir con su vida, mientras Sisi viajaba por el mundo, siempre en las musarañas y esperando siempre que al volver Fritz estuviera detrás de la puerta esperándola para entretenerla cuando a ella se le antojara. Por supueto cuando Sisi, después de diez años de silencio envió una nueva carta anónima a Fritz, este respondió muy educadamente mandándola a freir espárragos y esto fue un gran trauma para Sisi. Y así hay varias historias que nos muestran a una emperatriz vacua, habitante de otro planeta, con ínfulas de importancia solo porque ella se conocía bien y sabía lo que valía. Solo que se olvidó del pequeño detalle de mostrar su valía al mundo, y pretendía tratar a todas las personas de su vida como piezas de un rompecabezas que se reemplazan y se eliminan cuando ya no son del agrado del dueño.
Los años pasan…
A los 48 años ya Sisi se sentía un guiñapo. De tanto pasar hambre se le inflamaban los tobillos (fallos renales por falta de nutrientes), sufría de terribles dolores de espalda, vivía triste (dice el libro «deprimida», pero no me lo creo, pues la depresión es una enfermedad seria, no estar simplemente triste) y describía su vida como un infierno.
En este infierno tan terrible, se la pasaba recibiendo las atenciones de su primo Luis II, rey de Baviera; llamado el Rey Vírgen porque se negaba a tener contacto sexual con personas del sexo femenino, y que al final se suicidó completamente demente e internado en un sanatorio mental. A Luis le sucedió Leopoldo, con el que Sisi no se llevaba muy bien, pero ni falta que le hacía pues ella se la pasaba en su peluquería, sus masajes, sus lecturas, caballos, cacerías y viajes. (ironic mode on) Vamos, lo que se dice sufrimiento absoluto (ironic mode off)
Villa Hermes
Como Sisi se negaba a volver a Viena porque en ese palacio vivía su familia política a la que ella no podía ni ver, pues Francisco José le hizo contruir una casa en medio de un gran parque. La hizo así para que su esposa pudiera salir a dar sus larguísimas caminatas sin encontrarse nunca con nadie, pues la mujer aborrecía el contacto humano. No bien veía a alguien, ya se estaba tapando la cara con el abanico, el paraguas, el sombrero, o se estaba escondiendo para no tener ni que saludar.
Después, a Sisi le dio por leer a Heine (muerto en 1857) y empezar a escribir como loca diciendo que el maestro le dictaba los textos desde el más allá. Y después de años y años de tolerar los amoríos de Francisco, por fin se le ocurrió una idea que a cualquiera con dos dedos de frente se le hubiera ocurrido desde el principio (recordemos a Camilla Parker, por ejemplo): ella misma buscó, seleccionó y trajo a casa a una chica treintañera, actriz, veinte años menor que su marido, se la presentó y organizó la cosa para que Francisco se enamorara de la atcriz y así la dejara a ella en paz con su vida. ¡Brillante idea! Así fue como apareció Katharina Schratt en la vida de Francisco; y lo acompañó hasta el final.
Katharina era una actriz del montón, con un cuerpo normalito, ni gorda ni flaca, pero que frente a Sisi parecía una tanqueta. Como la anorexia es contagiosa (véase lo que ocurrió con todas las actrices de Ally Mcbeal y todas las actrices de allá hasta aquí), no tardó Catalina en empezar dietas y sistemas, y Francisco Jose a rogar que esta no le saliera obsesiva como la otra. Hay cartas de el emperador a su hija Valeria tocando este tema, y por eso sabemos que Francisco, como todo hombre, al final prefería compañía femenina con más carne y más calor, en lugar de un saco de huesos que quedaba muy bonito en las pinturas.
Katharina por supuesto supo aprovechar su posición de «amiga» de la Emperatriz y «amiga entrañable» del emperador. Aunque era casada, esto no fue obstáculo para visitar a su amiga todos los días y pasar horas en la casa mientras Sisi se iba a hacer su vida. Luego Francisco como todo un caballero que era, la llenó de joyas, dinero, lujos, poder. Yo noto en esta biografía una deificación de Francisco como el marido devoto, el oscuro caballero millonario e ideal. Muy de cuento de hadas para mi gusto, pero es lo que cuenta la autora y me limito a repetir, aunque no me lo crea mucho.
Rodolfo muere y últimos años
Según este libro, Rodolfo, el hijo de Sisi, se suicidó después de matar a su amante, y de eso no cabe la menor duda por todas las pruebas encontradas: la amante en la cama con un tiro en la cabeza, Rodolfo sentado a la mesa con un tiro y el arma al lado. También dice Hamann que Rodolfo sufría de mucha tristeza y pena, traumas y tal vez depresión. Elisabeth lloró y sufrió como cualquier madre, y luego se dedicó a ocuparse de su vida. El libro dice que se recuperó enseguida y se dedicó a vagar por el mundo, con sus doscientos sirvientes, y gastando dinero a manos llenas, que para eso lo tenía. Antes de largarse de trotamundos, dejó a todos arreglados: su hija favorita casada con un joven que al parecer la enamoró de verdad y la hizo muy feliz; Francisco José con una «amistad entrañable» estable con Katarina, ya no perdido en un universo de amantes pasajeras, y su belleza guardada en un cuadro que reflejaba la frondosidad de sus cabellos, la lozanía de su rostro y la estrechez de su cintura. Ella, a vivir, a gozar y a disfrutar que la vida son dos días.
…Y uno llueve. Y precisamente un día que la suerte no estuvo de su lado, Elisabeth se encontró de frente con la muerte, a manos de un loco anónmo que un día se levantó con ganas de matar a cualquiera que ostentara una corona. Leyó en la prensa del corazón que Sisi estaba en tal hotel bajo un nombre falso, y ni corto ni perezoso salió, en sus propias palabras «a matar una corona».
De todos modos para ese entonces Sisi era demasiado infeliz. Había perdido lo único que para ella tenía valor: la belleza de su rostro. No hay fotos de ella en esa época excepto alguna que dice ser la última que se tomó de ella el día que la asesinaron, cuya autenticidad muchos ponen en duda. Testigos la describen como una mujer muy menuda, con la cara llena de arrugas y sin dientes. Eso cuadra porque Sisi tuvo dientes malos de jovencita y nunca pudo corregir ese defecto. Alguien cuenta como una vez en un restaurante, Sisi se sacó la dentadura, la sostuvo en el aire un momento y le vació un vaso de agua encima antes de volversela a poner. Lo bonito de la historia es que quien la vio haciendo eso era otro comensal del restaurante, que notó tanto porte, clase y elegancia en esos movimientos que enseguida sospechó que se trataba de la emperatriz. Ahí si triunfó Sisi. Al menos parecía una emperatriz hasta en los momentos más mundanos. Recordemos que había nacido en la nobleza y esas cosas se llevan en la sangre.
¡Feliz navidad!
Llegan las vacaciones de final de año y tal vez a los ardillitos nos quede menos tiempo para subirnos al arbolito y leer el blog (¡ya no hablemos de escribirlo!)
Por eso he decidido que nos tomemos un receso por vacaciones para el club de lectura y retomemos cuando volvamos a nuestras vidas después de este fin de año. Espero que esteis de acuerdo, e id pensando en nuestro próximo libro. ¿Os gustaría que cambiaramos de tema?
Agnola,
Thanks for your excellent final summary. I followed the story but this time I have not been a committed commenter ?.
For me Sisi is not a very fascinating character and somehow I do not know what to say… She was an unhappy and unsatisfied person and I do not discard that she could suffer from some kind of disorder (anorexia and/or others…), that in those days was not well understood and for which there was little effective treatments.
In spite of all her immense privileges I think she thought of herself as a victim, a victim of the destiny, of the empire, of the marriage, of the husband that dragged her into that position, a victim of heavy responsibilities she did not wish … Since she could not break the marriage, she escaped as much as she could. I suppose Francisco José was aware of the situation and to avoid a bigger scandal and live with a certain peace, decided to let her follow her way.
I read somewhere she was cocaine dependent, that the doctors prescribed it for her multiple complaints… But I do not know if that is a fact.
I agree she was not born to be an empress, but once pushed to that position she could not step back! An unfortunate soul!
Saludos
Angola, como siempre genial..Concha yo también tengo leído lo de su dependencia a la cocaína, pero quien sabe, hay multiples versiones de su vida..(.menos lo del pelo y la amante de su marido en los que todos coinciden) por ejemplo yo tengo leido que durante la guerra ella se disfrazaba e iba a ayudar en hospitales y conventos…también hay versiones que dicen que Rodolfo y su amante se suicidaron juntos y que existen unas cartas que hace pensar en esa dirección. .quien sabe
Pd: yo también estoy de acuerdo con lo de Ricky Martin jajaja
Madre de dios! Querida Agnola, tu resumen me recuerda de forma escalofriante a otra royal por matrimonio que tenemos por aqui…
que espanto de alma, por dior! Nada que ver con las pelis de Romy Schneider, la verdad.
Agnola magnífica síntesis de principio a fin. Cómo Beatriz #3, voy leyendo y voy imaginando a cierta mismidad que todas conocemos. Una vida triste, vacía y sin sentido. Y no fue por no tener opciones. Para mí es ejemplo de egoísmo puro y duro. No hay más.
Hollywood endulza hasta el café más amargo, por eso al comparar la lectura con las pelis nos encontramos con que no coinciden más que en la belleza de la emperatriz y en el entorno histórico.
Sirva de reflexión para todas aquellas que solo se preocupan por si mismas y no por trascender por sus obras o con su servicio a la familia o la comunidad.
De acuerdo en hacer una pausa durante diciembre. ¡Continuamos en enero!
Regarding Rudolf suicide after killing his lover Maria Vetsera, is fair to say that this version of the events is far from consensual.
The true of what really happened in that bedroom in Mayerling is not clear and many theories more or less supported by the facts are still on the table today.
Sisi did not believe that her son had killed himself … It seems she was convinced he had been the victim of an «internal» conspiracy, carried out by his cousin Franz Ferdinand ( a nephew of the emperor, 2nd heir to the throne, and later assassinated in Sarajevo), with the «consent» of the emperor.
The relationship between the emperor and his son was bad at that point. Rudolf wanted to divorce and asked his father to support him near the Pope. At his father refusal he may have threaten him with the support to the Hungarian dissidents and to accept the crown of the country… Something the emperor feared as the first step in the fall of the empire. So he may have given green light to his nephew to » fix the subject, whatever it took» .
When Rudolf was found death, the first official information was that he had died from an aneurism, afterwards replaced by suicide. But the words of Francisco José regarding an explanation for the death of his son were literally: “Everything is better than the truth.”
Agnola, como siempre me he divertido más leyéndote a ti que al libro. Me pasa como a Concha, que si bien el personaje presenta muchas complejidades me deja cansada de sentimientos encontrados: por un lado, compadezco a una mujer que se ha casado con un Emperador a los 15 años, por otro, una tipa que se gasta una fortuna en sus andanzas de caballos mientras su pueblo pasa hambre….pero, vale que el pueblo le queda abstracto, ¿y toda la gente de su séquito a las que tenía sometidas a sus locuras? ¿y sus hijos mayores?
Un detalle curioso que me causó mucha gracia y que no mencionas en tu resumen es aquel de la intromisión de Sissi en cuanta casa y Casa se le antojaba….Al final de su vida era muy obvio que se le había ido la cabra, y le daba por meterse a cuanta casa se le antojaba…Desde alguna casita de un pobre campesino que se topaba con una señora de negro en medio de cuarto hasta su llegada al Palacio de tal o cual Casa Real…sin anunciar, sin advertir, sin cubrir ningún tipo de protocolo…como si se presenta LO en la verja de Buckingham y dice: díganle a Lilibeth que aquí está la Reina de España….pues así…un día se ‘apersonó’ con unos reyes antepasados de Doña Sofía. Como ellos no estaban -y de verdad no estaban- ella se puso a insistir en que «soy la Emperatriz de Austria» terminó en la policía a donde tuvo que ir el mayordomo mayor de Palacio a rescatarla….y ella muerta de risa…..y cada vez le costaba más a CR encubrir sus excentricidades que era como las llamaba el Emperador.
Por no contar de las veces que le daba por atracar en sitios políticamente comprometidos como Italia…al borde de la guerra con Austria y ella dale con ir a poner su barco en sus costas y vacacionar…
Esa excentricidad me hizo gracia: ¿se imaginan que se les presente LO con el ‘baby doll’ de Helbig en medio del salón? ¡qué susto! pues eso mismo hacía Sissi.
Agnola, me ha gustado que incluyeras la foto de Sissi a caballo junto al Emperador, se aprecia cómo se tragaba el palo de escoba para lucir cintura…A los 50 años según los reportes médicos pesaba 43 kilos y medía 1.72 mts. Yo tengo su misma estatua y peso 57 kilos…Me hace sentir oink oink….no me sorprende que la ‘amiga entrañable’ anduviera mortificada tratando de emularle ‘las curas de hambre’…bien dicen que todo se pega menos la hermosura.
Pregunta a las ardillas: ¿alguien me puede explicar que quiso decir la testigo con eso de que ‘se dio cuenta de que era la Emperatriz por la gracia con la que se sacó la dentadura, le echó un vaso de agua y volvió a ponérsela? Mi duda está en la palabra «gracia’…¿de verdad alguien puede hacer esa maniobra y tener clase? (ojos de plato).
Espero sus comentarios a esta simpática y atinada síntesis de Agnola…creo que la última parte sí da para mucho.
🙂
Creo Agnola que leímos distinto libro, tu le sacas punta a un lápiz sin mina
Me divierte más leer tus resúmenes que el original, de todas maneras estamos muy influenciadas por las dos películas de Sisi y cuando lees que prefería peinarse la larga cabellera a otras cosas esta todo explicado
De todas maneras en enero libro nuevo, yo ya leí dos mientras estuve de viaje .ahora esperando el puente Abrazos para todas
Agnola, un gusto leerte. En todo noviembre no he hecho más que leer informes, en algún rato libre, la prensa, y por supuesto tus reseñas literarias que de verdad tienen su » aquel».
También he leído a Kiki, tan fantástica como siempre, pero sin un minuto para comentar.
Este blog tiene todo un trabajo. Gracias.
Gracias por entretenernos con este blog de altísima calidad. Estoy enganchadísima. Un abrasito cariñosi.
No me canso de decirte lo marabilloso que me parece este blog y todo lo que aprendo continuadamente. gracias por darme tantas satisfasiones.