El volumen
El libro que hemos seleccionado para leer en nuestro club de lectura de noviembre se titula «Sisi, emperatriz contra su voluntad», de Brigitte Hamann. Hamann es, según la contraportada del libro, una prodigiosa escritora de biografías, y este fue su segundo gran proyecto. Este libro fue publicado en 1982, escrito originalmente en alemán, y traducido al español por Herminia Dauer. Son 348 páginas de letra mediana, tirando a pequeña, con una lectura más o menos entretenida, al punto y sin muchos rodeos. No tiene sección de notas, y sí dos páginas con una cronología reducida.
Los primeros capítulos
Parece que la desdichada Sisi no existía antes de que el emperador Francisco Jose de Austria la pidiera en matrimonio. La historia de Sisi empieza tan solo cuando un hombre la mira y quiere casarse con ella. Desde ahí empezamos mal. La niña tenía 15 años y no era mayor cosa. No era bonita, tenía una dentadura bastante mala, cosa que la acompaño toda su vida, no tenía formas femeninas y era bastante maleducada como para la corte. Como era tan poco agraciada, su madre, la tenía guardada en una finca, donde llevaba una vida tranquila, montando a caballo, departiendo con campesinos y entregada a las preocupaciones propias de la juventud sin problemas. En resumen, era una niña bien, cuyo destino era pasar por este mundo sin mayores problemas en que pensar ni consecuencias que lamentar.
Pero todo eso cambió cuando su madre, doña Ludovica de Bavaria le propuso a su hermana Sofía de Austria que casara a su sobrino Francisco José con su bellísima hija Elena. Sofía era una mujer de carácter fuerte con un marido tonto que abdicó en favor de su hijo Francisco «aconsejado» por su esposa y le pareció buena la idea de casar a su hijo con la hija de su hermana. Así que se organizó la fiesta de compromiso (también la ocasión para que los novios se conocieran) y se hizo justamente en la finca donde tenían guardada a Sisi, el patito feo con solo 15 añitos. Por misterios de la vida, Francisco Jose se interesó por Sisi, dejó plantada a Elena y el matrimonio se arregló con la otra prima. A las madres les daba igual «todo quedaba en familia» y las chicas no tenían arte ni parte. Simplemente obedecían. Así fue como Sisi comenzó a existir para el mundo.
Para cuando se dio el compromiso Austria era el mayor estado después de Rusia con 40 millones de habitantes que se enteraron por boca de testigos oculares de que a los novios se les veía sinceramente enamorados. Han quedado también unos escritos de Sisi, que describen aquellos tiempos con amargura, no porque no le gustara Francisco, sino porque no le gustaba que fuera emperador. Para ella hubiera sido mucho mejor que «hubiese sido un sastre»
Es que resulta que Sisi, a pesar de todos los indicios, era una persona que tenía sus propios intereses y necesidades. Sus propios sueños que nada tenían que ver con ser emperatriz. Lo que Sisi quería, según Hamann era conservar la belleza que le había costado tanto construirse, y pasar a la historia como una gran poetisa. Escribió casi 500 páginas de poemas que Hamann dice haber leído con atención, y que ella califica de dudosa calidad literaria, aunque de incalculable valor histórico.
Dinero no faltaba
Problemas económicos nunca tuvo Sisi. Nació en una familia noble, hija de duque y princesa; y cuando se casó el padre la entregó con una dote de 50.000 Golden. Francisco igualó con 100.000 más, y la llevó a vivir al palacio donde tenía absolutamente todo y le sobraba. Sin embargo, Francisco le asignó una dote de $100.000 al año «para sus gastos». Un obrero de la época ganaba $250 al año. Ya nos dirán si el dinero era el problema en el planeta de la emperatriz (!)
Algunos problemillas en el paraiso
Dejando de lado el asunto financiero, algún problema habría que inventarse para llenar la vida; y Sisi tenía mucho de donde coger: No conocía el protocolo de la corte, no gozaba de ninguna intimidad, no podía tomar ninguna decisión, estaba sola y aislada, no estaba bien visto que hablara con nadie, y nadie podía dirigirse a ella si ella no lo hacía primero. Con decir que uando se casó con 16 años, sus damas de compañía se encargaron de meterla en la cama, y su suegra llevó a su hijo a su lado y se quedó sentadita al frente para observar todos los acontecimientos. Sin ninguna intimidad, fue muy difícil para la pareja tener una noche de bodas agradable. Parece un milagro que en aquellas circunstancias, hubieran logrado engendrar 3 hijos en los primeros 4 años de matrimonio, pero contra toda lógica, lo consiguieron.
La maternidad sentó bien a la emperatriz, que adquirió formas femeninas y empezó a florecer como el bellezón que dicen que fue. Sus embarazos tampoco parecieron afectar su hermosa cabellera, que se dice llegó hasta cubrirle los tobillos, y de la que ella se quejaba porque le pesaba horrores y le hacía doler la cabeza ¡habersela rapado!, pero claro, como ella misma lo decía «soy una esclava de mis cabellos»
Enfermedades
Misteriosos males perseguían a Sisi: le dolía todo, le daba una tos horrorosa, sufría de debilidad. Dice Hamann que probablemente en la era moderna se diagnosticaría rápidamente lo que tenía como «anorexia nerviosa», un mal en el que la persona no se alimenta, y se dedica a hacer ejercicio de manera exagerada; que era precisamente a lo que Sisi dedicaba todo el tiempo en el que no estaba cumpliendo con sus obligaciones oficiales, las cuales ella procuró reducir al mínimo humanamente posible.
Con frecuencia Sisi se iba de la casa matrimonial al sitio más lejano que se le podía ocurrir: una isla tropical, unos baños termales, unas fincas alejadas. Todo con la excusa de su salud, pero los que viajaban con ella contaban que tan pronto llegaba a su destino, se le componían todos los males y se dedicaba a aprender idiomas, montar a caballo, hacer ejercicio y ayunar, que era una de sus actividades favoritas encaminada a conservar una cintura estrecha (dicen que de 50 cm.) de la cual estaba muy orgullosa.
El resto del día lo dedicaba a cuidar su cabellera, que según dice el libro, le tomaba al menos tres horas cada día ¡vaya papeleta!
Era tal la obsesión de esa mujer por la belleza, que solo permitía que la rodearan mujeres guapas. Muchas veces prefería que la acompañaran plebeyas guapas, a la compañía de alguna encopetada integrante de la nobleza, pero menos agraciada. Esto le causó muchos resquemores en la corte, donde la belleza no abundaba.
Obsesión por la belleza
También se cuenta que la emperatriz tenía tal obsesión por la belleza, que se entretenía coleccionando un álbum de fotos de mujeres guapas; y que para ello ordenó a todos los embajadores que le enviaran colaboraciones. Dicen que desde Paris le mandaron fotos de acróbatas y gente del circo, y que tal vez esto constituía una burla a tal excentricidad de la muchacha.
Segón Hamann, la peluquera de Sisi, Fanny Angerer, fue una mujer que llegó a tener mucho poder e influencia en la corte. Solo porque ella era el ama del cabello de Sisi, y Sisi era esclava de sus cabellos; por lo tanto era esclava de su peluquera ¡tan absurdo todo!
Finalizamos hoy este resumen, con un fragmento del libro en la página 130, donde Hamann describe la forma como Sisi adoraba su propia belleza porque esta le permitía realizarse como persona (era lo único que tenía en su vida vacía) y porque con ella, con su belleza, dominaba a su marido.
Pues sí, hasta ahora se nos presenta a Sisi como una esclava de su belleza; una mujer cuya única razón de ser, su único activo y su único valor era conservarse bella con el paso del tiempo. A mi parecer, una vida trágica, vacía, triste, muda, intrascendente, trivial, poco interesante. Seguiré leyendo el libro con atención para ver si entre tanto vacío y trivialidad, se encuentra algo digno de recordar, y que no sea mal ejemplo, que haya dejado esta emperatriz para las generaciones que la sucedieron.
Espero vuestros comentarios, a ver si pensais como yo, que esta biografía, aunque interesante, nos pinta a una persona totalmente intrascendente, trastornada, preocupada por cosas que no tienen la menor importancia en la vida real. Si hubiera habido «reality shows» en la época de Sisi, seguro que se habría apuntado a todos.
Buen post Agnola!!
Sissi la pobre era un poco cabeza hueca, no me quiero ni imaginar si tuviese en aquella época a su disposición las técnicas estéticas de hoy en día,acabaría la pobre como Donatella Versace.
Lo del pelo era una obsesión, su peluquera llego a ser muy importante, de hecho la emperatriz ascendió al marido primero a secretario particular y después a mariscal…tenía que ponerse guantes blancos para peinarla y debía hacerlo sobre una sábana blanca, al final contaba los pelos caídos y si eran más de los que consideraba correctos su irá era incontrolable,la pobre peluquera al final se hizo una falda con un velcro para esconder los cabellos sin que la jefa se enterase( no se yo si al final los privilegios compensaban el trabajo). Tengo entendido que existe una exposición dedicada a la peluquera y sus artilugios. Saludos
Agnola, aplausos de pie…Me he reído a carcajadas. No cabe duda que cualquier libro mejora pasado por tus manos…jajajaja.
Macristin #1: lo de la peluquera merece capítulo aparte. No sólo la favorecía en plata y especie, sino que Sissi se hartaba de su fama mundial y a ciertos eventos -como la llegada a Esmirna o tomar el tren- la mandaba a ella como doble. La peluquera caminaba, se estiraba y hacía lo que ella consideraba era el comportamiento de una altiva emperatriz. Las damas de la corte estaban horrorizadas de las ínfulas de la peluquera fomentadas por Sissi.
Un detalle digno de mención es su afán de aprender el húngaro (que dicen es dificilísimo) e historia. Sus afanes literarios habrían sido mucho más fructíferos si se hubieran puesto al servicio de un diario en lugar de la poesía. La verdad.
Ahora, eso de soltar en plena fiesta de gala que ‘el mejor sistema de gobierno es una república» no sé si hace que la admire por su modernidad, o la alucine por lo ‘cabeza hueca’ que era.
Un detalle que me parece interesante es cómo esta biógrafa destaca que su ‘individualismo’ pues los afanes de Sissi frente a la Corte consistían en no manejarse como clan, sino como una persona individual. Vamos, un rasgo más burgués que monárquico; y por ende más moderno. No tanto para atribuirle un indicio de feminismo al personaje como hace la autora. Quizá el hecho de aspirar a una ‘vida propia’ sí que le puede dar ese cariz feminista al personaje.
Aunque era muy contradictorio todo en ella: sobre todo el asunto de la belleza. A los 20 años descubrió que el único poder que tenía era su belleza y fue ahí que comenzó con esa obsesión. No la tenía antes, lo que sí tenía era un afán de independencia tremendo dado su alto rango. Pienso que ahí se torció: ser bella para conseguir ser independiente es una contradicción per se….Terminó volviéndose esclava de sus cabellos para no serlo de su suegra/tía -y por añadidura de la Corte, pues la Archiduquesa Sofía era la que cortaba el bacalao.
Y sí, si hubieran existido las técnicas de hoy habría terminado como Donatella Versace….jajajaja…Buen punto, Macristin.
Espero que más ardillitas lectoras se animen a comentar, que el libro tiene sus chismes sabrosos.
Muy bueno el resumen Agnola, mejor que el libro.
Soy la única a la que esta obsesión con marcar cintura de adolescente, mantenerse bella eternamente, obsesión con la comida, la peluquera, desayunar sólo claras de huevo…le recuerda a alguien?
Hola ardillitas,muy buen post Agnola,haces que la lectura sea mucho mas amena con tus comentarios,la verdad es que la vida de Sissi no tiene desperdicio y solo vamos por el principio!.
Si Marieta a mi también me ha recordado a otra que conocemos muy bien y mas cercana en el tiempo…debe ser que la vida de palacio genera ese tipo de obsesiones.
Saludos a todas.
Agnola, ¡Que maravillosa síntesis!
Definitivamente, Sissi nunca debió de ser emperatriz. Claro que en esa época las mujeres pintaban bien poco en la política y gobierno. Estaban llamadas a ser «mujeres florero» y ella se empeñó en ser el florero más bello del imperio. ¡Pero a qué precio!
Coincido con Marucristin #1 en que era una cabeza hueca. Solo así se entiende que sufriera tanto por lucir y conservar su belleza, sacrificando la salud y la libertad de hacer mejores cosas con su tiempo y dinero. Y, si, de haber existido en esta época estaría peor que la Versace o la fallecida duquesa de Alba…
Para mí, lo interesante de todo esto es que poco hemos cambiado en la percepción de que la mujer tiene que lucir tipazo a cualquier precio, máxime si es figura pública, y suelen ser menos las que se atreven a ir contracorriente y enfocarse en cultivar su intelecto e intereses propios.
Gracias por esta sección tan interesante e instructiva.
Espero con ansia la parte en que mencionan la vida familiar (muy disfuncional, por cierto) de los emperadores. Ya se verá que por algo acabaron como lo hicieron ?
¡Nueces dulces, ardillitas!
Gracias, chicas *blush* (pero no un sonrojo tan gracioso que corte el aliento a los ángeles celestiales, etc….)
Kiki, yo creo que es muy estúpido (y no se me ocurre un adjetivo más suave) huir de una esclavitud por medio de otra. ¿Sisi era esclava de su belleza por no ser esclava de la corte? ¡Pues entonces era esclava al fin y al cabo! Estoy de acuerdo en que tenía la cabeza bastante hueca, por más húngaro (o chino mandarín) que haya aprendido. En su época no se habían clasificado las inteligencias, pero ahora sabemos que esta no es una sola. Existen muchas, y podemos decir que Sisi tenía inteligencia para conservarse bella físicamente. En todo lo demás era bastante inepta. Y en lo de conservarse bella… no sé si el resultado justificase los medios de pasar hambre, ejercitarse hasta sacar los tríceps de su coterráneo, que no contemporáneo Schwarzenegger ( o como se escriba) y dejarse crecer una mata de pelo que le pesaba en esa cabecita frágil y la mantenía presa de las más dolorosas migrañas.
Mi pregunta es… ¿qué consiguió Sisi, que fuera positivo, a base de tanto esfuerzo? Para ella, esta visto que nada, porque ya me gustaría ver cómo está hoy físicamente después de tantos tormentos embellecedores (o no, no me gustaría). Y para el mundo, un mal gravísimo, pues (y esto lo leí en alguna parte que hoy se me olvida) las reinas y nobles en general tienen sus cabecitas comidísimas con la idea de lucir como pajaritos o garfios en los cuales luce muy bien cualquier traje que se le ocurre a los diseñadores. Las reinas y princesas se han convertido en ganchos de ropa. ¡Vaya modernización de las monarquías!
Creo que lo único que queda por rescatar es el empeño que la pobre puso por proteger a su hijo varón, a quien su padre andaba torturando con ejercicios rigurosos, impropios de su corta edad, con la idea de «convertirlo en un hombre» digno de gobernar. Creo que Sisi escribió una carta a su marido exigiendo ser ella la única que se encargara de las decisiones sobre la educación y el entrenamiento del niño, y creo que amenazó con largarse como ya lo había hecho muchas veces, y consiguió al menos rescatar a su hijo de las garras de aquellos que lo estaban traumatizando con su «educación militar». Por ahí tal vez haya algún legado que rescatar, siempre y cuando nos informemos de lo que pasó con su hijo Rodolfo; cosa de la que yo no tengo ni idea. Algún ardillito historiador mejor informado nos contará…
Agnola, Rodolfo murió en trágicas circunstancias junto con su amante, María Vetsera. Originalmente se dijo que se suicidaron al no poder oficializar su relación. En fechas más actuales ésta versión se ha puesto en duda y al parecer hay muchos que piensan que fueron asesinados por intereses políticos.
Cómo haya sido, lo que recuerdo de mis lecturas (Reinas Malditas, entre otras), Sissi no pudo superar jamás la muerte de su adorado hijo en el que se habían puesto tantas esperanzas. Pero al que se le dieron muy pocas libertades para elegir su vida. Ésto solo hasta hace poco ha sido logrado por los miembros de las casas reales modernas (ejem… ¿recuerdan las circunstancias de Felipe y Letizia?).
Por eso decía que su vida familiar fue bastante disfuncional…
To help us to place Sissi among the monarchs of her time and have a better perspective on how their lives «interacted», a summary of their birth/death/ reign dates:
United Kingdom:
Queen Victoria : 1819 – 1901 // Reign : 1837-1901
Austria:
Francis Joseph: 1830 – 1916 // Reign : 1848-1916
Sissi : : 1837 – 1898
Rudolph Austria: 1858 – 1889
Russia:
Alexander II : 1818 – 1881 // Reign : 1855-1881
Alexander III : 1845 – 1894 // Reign : 1881-1894
Nicholas II : 1868 – 1918 // Reign : 1894-1917
Alexandra : 1872 – 1918
Remember when you were 16? A time to study and learning but overall an age of contradictions, of struggles with established powers that limit our will, a time to defy and experiment ….
A wonderful time, but very far from a maturity age!
Now, just imagine that from day to night you had to marry a guy in a prominent an powerful role as emperor Francis Joseph, and live by the rules of a formal Viennese court and that mother in law? Daunting?
Even if Sissi was not forced to that marriage, we can imagine the family pressure!
Regarding that love at first sight by the FJ [a pragmatic young man, who wanted to settle the marriage matter quickly ?] … she was perhaps overwhelmed, even in a love mood, but how strong and enduring were her feelings? Strong enough to cope with the reality check she faced in Vienna? This marriage certainly came with a golden » ticket meal» card, but was that enough? How long did that initial alchemy lasted?
«If you can not hold the boat, you should not grab the rope», but could she have said No to the proposal?
So… The anorectic behavior as a way to control something (her body), in an environment where she could not control anything else and felt heavily limited… And her repeated escapes to «paradises» where she could be more in tune with herself …The obsession with the beauty ritual… all are signs the same process. Regrettable but not surprising.
Concha #9: Tienes mucha razón. La edad es clave para entender a Sissi. Verte emperatriz a los 16 recién cumplidos, ni preparándose para el cargo, vamos; menos en alguien que venía de una formación en las antípodas de la estirada corte vienesa.
Yo creo que sus entonces llamadas ‘enfermedades’ eran parte de un desequilibrio ocasionado por las presiones a las que era sometida. Presiones tan alejadas a su espíritu más bien liberal y burgués. En ese proceso de ‘ajustarla’ a la Corte, la quebraron por dentro. Y todos sus artilugios de belleza eran el resultado de dos cosas: el desequilibrio, sí, pero el saber que era su única fuente de poder..
Hola chicas, de acuerdo con los comentarios, en plena adolescencia y en una corte muy severa, debe haber sido sumamente difícil!
No sabía nada de la tremenda cabellera, un peso en todo sentido.
Felicitaciones Agnola, me encantó el análisis!
Gracias, Concha. Has hecho una radiografía perfecta. Si algunaz ya pasadas la treintena, les cae un reinado del cielo y también se vuelven etéreas y obsesionadas con su físico, qué podemos esperar de una niña cuyo cerebro no había terminado de crecer y desarrollarse. Yo pienso que este es un claro caso de abuso infantil, que derivó en un desequilibrio mental a una edad más adulta. Por la forma en que está escrito el libro que estamos leyendo, hasta la página en la que vamos, yo noto una especie de desprecio o prejuicio contra Sisi y su decisión de ocuparse solo de su belleza. Creo que la autora tiene ese tono en su escritura y por ese prejuzgar sin tener en cuenta todas las circunstancias del personaje, a veces puede chocar su crónica.
A mí ciertamente me ha chocado; por ejemplo la parte que os dejé en la entrada, donde Sisi no era nadie hasta que Francisco la miró. No lo digo yo, lo dice la autora, o mejor, lo da a entender con su descripción de cómo pasaron las cosas. En general, creo que este es un punto criticable de este libro: el presentar la conducta de Sisi de manera objetiva, sin matizar la miriada de factores que la condujeron allí; dejando todo esto al criterio del lector, que en el caso de una persona que desea hacer una síntesis lo más ajustada posible al libro, queda como si se sacaran conclusiones sin tener todos los elementos. ¡Y es que no se tienen todos los elementos! Es más: no se tiene ninguno, visto lo visto.
Sin embargo su lectura es entretenida y con muchos detalles curiosos para hacerse al menos una idea de lo que pasó y entretenerse con trivialidades como ciertos tratamientos de belleza antediluvianos y otras intimidades triviales.
Agnola, felicidades! magnifico escrito y descripción de esta pobre reina que en la actualidad sería esclava seguro, de las cirugías plásticas para seguir el culto a su belleza…. me suena, me suena muy conocido :)…. gracias Ardillas y maravillosa semana!.